El ciberbullying es una prolongación del abuso tradicional y con las nuevas tecnologías es una práctica que está en auge, a la vez que el bullying cara a cara disminuye. «El 'ciberbullying' es una forma de intimidación de un grupo a través de la red y que suele ser prolongada en el tiempo» afirmó ayer Rosario Ortega, Catedática de Psicología de la Uiversidad de Córdoba y miembro del EMICI, en la segunda jornada del I Congreso de Ciudadanía Digital, organizado por Diariovasco.com y con la dirección técnica de PantallasAmigas.
Durante su ponencia, Ortega destacó la importancia que tienen las nuevas tecnologías en el desarrollo de los jóvenes, tanto a nivel cognitivo como a nivel social. Pero quiso hacer hincapié en lo perjudicial que pueden llegar a ser si se hace un mal uso de ellas. «Hemos encontrado que el impacto emocional de una víctima de ciberacoso es diferente a otros sufrimientos. El problema del 'ciberbullying' reside en la potencial audiencia, pues puede que nadie sea testigo del acoso pero también puede que lo vea todo el mundo. Ésa es la presión con la que vive la víctima».
La catedrática de la Univeridad de Córdoba quiso destacar el papel fundamental de las familias y de los profesores en el contacto de los jóvenes con la Red. «Tienen que participar activamente en la relación de sus hijos con Internet. Deben entrar con ellos en la Red, saber dónde navegan e interactuar con ellos en su mismo lenguaje». Por ello, animó a la alfabetización digital de los educadores. «Esta relación con las nuevas tecnologías debe ir más allá del uso de los aparatos, hay que hacer un uso positivo, interesante y satisfactorio de las nuevas formas de comunicación».
La segunda jornada del Congreso de Ciudadanía Digital tuvo un hueco destacado al avance del I protocolo de actuación e intervención escolar ante el ciberbullying. Medidas que se van a testar de forma pionera en los centros educativos del País Vasco.
La encargada de presentar el documento fue Rosario del Rey, profesora de la Universidad de Córdoba y miembro del LAECOVI y del EMICI.
Detección y actuación
Aunque es un tema que está encima de las mesas de las instituciones desde el año 2005, estas pautas de actuación se enmarcan dentro de unas necesidades detectadas en la Sociedad de la Información que tienen como objetivo ofrecer unas orientaciones a la familia y la escuela. Cómo detectar el problema y cómo actuar son dos de las principales demandas que se han registrado por parte de los docentes. Por ello, el protocolo incluye una lista de indicadores sobre el comportamiento de los jóvenes que pueden encender las alertas.
Pero, ¿cómo son ese tipo de indicadores? «La práctica de compartir claves, la negativa del menor a hacer actividades en lugares donde no haya conexión y no pueda llevarse el ordenador son pistas a tener en cuenta por los educadores y por los padres», afirmó Del Rey.
El principal escollo con el que se encuentran los expertos a la hora de tratar el ciberbullying es que es un problema emergente que cambia de canal con mucha rapidez. En la actualidad, las vías más utilizadas para el ciberacoso son los SMS, los correos electrónicos y las redes sociales online. Estas últimas tienen una penetración muy alta entre los jóvenes. Más del 60% las consulta todos los días.
Reeducación y sensibilización
Concienciar a los jóvenes de sus actuaciones es una de las recomendaciones que ofrece el protocolo. Es necesaria una reeducación y sensibilización de todas la partes implicadas en el ciberacoso, ya que en muchas ocasiones los menores no son conscientes de las repercusiones que pueden tener sus acciones. «Piensan que actúan en un entorno privado, en una red de amigos y no saben que esa información se puede compartir y manipular» precisó la profesora Del Rey.
Este protocolo ha sido desarrolado por expertos en Derecho, Psicología, Pedagogía y Sociología y está abierto a las modificaciones que se puedan realizar tras los testeos que se van a realizar en diversos colegios.
Fuente: Diario Vasco
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